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Pintadera o sello de pan.

 

La matriculación de los panaderos en Nueva España implicaba el registro de los datos del dueño de la panadería y los maestros panaderos ante un diputado y un escribano del cabildo quienes otorgaban posteriormente una licencia para ejercer el oficio y vender sus productos.

 

Era necesario registrar una pintadera o sello, que era una marca única y original con la que debía marcar todas las piezas de pan floreado para supervisar su calidad.

 

El pan floreado se vendia a una pieza por medio real o dos por un real. Cada real equivalia a la octava parte de un peso.

 

A partir de 1601 los propietarios de panaderías en Puebla iniciaron su matriculación y registro de pintaderas.

 

Las pintaderas poblanas se encuentran registradas en los expedientes de panaderías (1617-1750 y 1756-1759) en el Archivo General del Honorable Ayuntamiento del Municipio de Puebla.

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